TALLER SOBRE ESPECIES EXÓTICAS INVASORAS EN CANARIAS
APORTACIONES AL CATÁLOGO ESPAÑOL Y NECESIDAD DE UN CATÁLOGO DE INVASORAS CANARIO
Arundo donax en fondo de Barranco en el Parque Natural de Anaga, Tenerife.
Tres personas sostienen la camisa de la serpiente. / J. C. ROMÁN
«Al principio pensé que era un trozo de plástico; pero otro
día, al subir con mi abuelo me dijo que aquello era la camisa de una
serpiente, pero que no era de por aquí». Con estas palabras relató el
joven Jonathan García Blanco, descubridor de la muda de piel de una
pitón que está levantando mucha expectación en el concejo de Laviana, su
experiencia de hace apenas unos días. Un hallazgo que le obligó a
llamar a la Guardia Civil porque tenía «unas dimensiones que asustan». Y
no es para menos, la piel de la serpiente mide algo más de cinco metros
y medio.
Los efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza
(Seprona) entienden que con estas medidas el espécimen tenía que ser
espectacular: unos seis metros de longitud, 80 kilos de peso y un
diámetro en su perpendicular de más de 40 centímetros. «Con su boca
puede tragar un pollo entero», comentaba un agente.
Jonathan reside con sus padres en una casa en Las Ferreras.
Siguiendo la carretera un poco más arriba, en Otea, tienen una cuadra,
lugar donde se encontró la camisa que dejó la pitón. El Seprona
controlaba ayer el lugar debido al miedo –que no alarma social– que se
ha generado en la parroquia de El Condado. Los agentes barajan dos
posibilidades: que el dueño del ejemplar (posiblemente procedente de la
India) dejara la camisa para hacer una broma y que la culebra siga en su
terrario o que la pitón haya sido abandonada en un lugar apartado.
Muchos vecinos creen que la pitón está todavía ahí fuera,
refugiada en alguna cuadra o corral de la zona esperando a que pase el
mal tiempo. Desde el Seprona, se considera que, si realmente ha sido
abandonada, es posible que haya muerto. «Estos ejemplares viven en
hábitats con temperaturas de 20 grados de media. Estos días estamos a
poco más de dos. En condiciones adversas, puede durar tan sólo una
semana con vida», afirmaba un agente. Los efectivos del Seprona
mostraban ayer la espectacular camisa de la pitón en la puerta del
cuartel de Pola de Laviana. La gente, al ver lo que era, se paraba a
mirar y a sacar fotos. Cada vez había más curiosos que, incluso,
llegaban a detener su trayecto en coche para observar ellos restos de
una culebra única.
En El Condado no se habla de otra cosa. «Es un cuélebre que
mete miedo solo con pensar que anda por ahí», una vecina octogenaria
que en su vida había visto cosa igual. Estaba en el bar de su hijo,
Oscar Morán, y con otros lugareños comentando que fue el pasado viernes
cuando llegó el panadero con la noticia del hallazgo y fotos en el
móvil. «Los del Seprona no le creían, pensaban que era una broma por las
dimensiones». Y es que los agentes aseguran que es la primera vez que
se encuentran con un caso como éste.
